Los sueños*
Los sueños siempre han intrigado a los seres humanos, que hemos
intuido -con razón- que significan algo. Suponer lo contrario es vivir
aún en la ingenuidad racionalista, y además Sigmund Freud lo demostró para siempre. Ahora bien:
¿Qué significan exactamente los sueños o cómo podemos descifrarlos?
Para la psicología psicodinámica, derivada de Freud, los sueños
son un lenguaje. Una forma de pensamiento mediante el cual
"reflexionamos", mientras dormimos, sobre nuestros deseos, temores, dudas,
heridas, conflictos, etc., intentando hallar algún alivio o
solución. Los sueños son, en otras palabras, un intento de "digerir" por
la noche los problemas que sufrimos durante el día. Eso sí, esta forma de pensar
no es mediante palabras, sino con imágenes, símbolos, jeroglíficos. ¿Por qué?
Porque, a menudo, los temas sobre los que reflexionamos nos causan tanto dolor
que, simplemente, preferimos disfrazarlos, maquillarlos en idioma criptográfico
para que la "digestión onírica" prosiga... sin que logre perturbar nuestra vida
cotidiana. Algunos sueños, desde luego, son extremadamente fáciles de
interpretar. Pero, en general, cuanto más importante o doloroso sea el tema
oculto del sueño, más misterioso será éste.
¿Cómo es el lenguaje de los sueños?
El lenguaje de los sueños, como el de las palabras, tiene su
propia gramática, su vocabulario, sus "efectos" de estilo, motivo por el que
resulta tan complejo y enigmático. Un sueño puede llegar a ser un endemoniado
laberinto de máscaras y metáforas que, incluso siendo un experto, requiera un
enorme esfuerzo para acceder a alguno de sus posibles significados (pues, en
efecto, cualquier sueño puede tener varios sentidos). Por eso nunca
debemos confiar ingenuamente en el significado aparente de un sueño, pues su significado real podría muy bien ser exactamente el
contrario.
¿Cómo se descifra un sueño? ¿Cómo estar seguros de los que
realmente significan?
Mucha gente cree que el idioma de los sueños es
"universal" y que, disponiendo de un buen diccionario de sueños, sería pan
comido interpretarlos. Pero ¡ojalá fuera tan simple! Es cierto que, como
descubriera Jung, algunos símbolos oníricos sí son universales, pero, en
general, la mayoría de ellos son absolutamente personales y los construye el
propio sujeto en función de su personalidad, sus circunstancias pasadas y
actuales, la cultura a la que pertenece, etc. Cualquier sueño es una creación
individual de la persona. Por eso, al menos para la psicología
psicodinámica, los sueños no pueden interpretarse en abstracto y al margen del
sujeto, sino precisamente en función del mejor conocimiento posible que tengamos
de éste y de su vida íntima y social. En definitiva, quien mejor puede
interpretar un sueño es su propio autor.
Pero desvelar un sueño misterioso no suele ser fácil ni rápido.
La herramienta psicodinámica para intentarlo, con o sin ayuda profesional, es la
misma que para explorar nuestros sentimientos más ocultos: la asociación
libre. Es decir, el reflexionar desinhibidamente sobre nuestro sueño
permitiendo que nos afloren sin auto-control alguno todo tipo de ocurrencias,
emociones e ideas adyacentes a ese sueño, y ocurrencias sobre esas ocurrencias,
etc., notando, además, cuáles de ellas nos afectan, agradan, asustan, irritan,
etc. en mayor o menor grado. A través de todo este material, y con el debido
entrenamiento, comenzarán a transparentarse las verdades ocultas de nuestros
sueños, es decir, su significado. A veces, desde luego, el sueño está tan
encriptado o la resistencia del sujeto a descubrir o admitir su sentido es tan
grande, que no será posible conseguirlo sin la ayuda de un terapeuta
experto.
¿Cuáles son los sueños más importantes?
Los
sueños intensos (de angustia, pesadillas) y, sobre todo, los repetidos.
Ambos revelan algún conflicto interior del sujeto; y, en este sentido, los
sueños funcionan como signos de alarma, como avisos de nuestro propio
inconsciente -cuya sabiduría es inapelable- respecto a problemas pendientes que
deberíamos resolver para ser más felices.
¿Sirven los sueños para conocer el futuro?
Tal vez
sí en algunos casos, pero esto es algo que no concierne a la psicología
psicodinámica, sino más bien a las teorías espiritualistas, esotéricas, etc. Lo
fundamental de los sueños, desde Freud, es que nos muestran, de noche, todo
aquello que no podemos resolver durante el día.